Póster Hillary Clinton para la presidencia

A las mujeres norteamericanas se les concedió el derecho de voto con la aprobación de la 19ª enmienda a la Constitución de Estados Unidos en 1920. A principios de este siglo, sólo unos pocos individuos llevaron a cabo la agitación por la igualdad de sufragio. La primera de ellas fue Frances Wright, escocesa que llegó al país en 1826 y abogó por el sufragio femenino en una extensa serie de conferencias. En 1836, Ernestine Rosa, una mujer polaca, llegó al país y llevó a cabo una campaña similar, tan efectivamente que obtuvo una audiencia personal ante la Asamblea Legislativa de Nueva York, aunque su petición solo tenía cinco firmas. Más o menos al mismo tiempo, en 1840, Lucretia Mott y Margaret Fuller se volvieron activas en Boston, siendo esta última la autora del libro La gran demanda; hombre vs. mujer. Los esfuerzos por obtener diversos derechos de la mujer fueron dirigidos posteriormente por mujeres como Susan B. Anthony, Virginia Minor, Elizabeth Cady Stanton y Paulina Kellogg Wright Davis.