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Postal Fe en una noche de verano en el sueño de los Chica
Cant:
Tipo de papel
Mate signatura
18 pt thickness / 120 lb weight
Soft white, soft eggshell texture
-0,17 €
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Sobre Postcards
Vendido por
Sobre este diseño
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Postal Fe en una noche de verano en el sueño de los Chica
El suelo del bosque se hundió con una energía invisible. La luz de la luna, tensada a través de ramas rojas, deslizó la tierra húmeda en un mosaico de luz y sombra. En esta silenciosa catedral se encontraba Elara, su vestido dorado contrasta marcadamente con la oscuridad que la rodeaba. El tejido brillaba con una funda de otro mundo, capturando la danza lúdica de luces diminutas y parpadeantes que le rodeaban. En sus manos, acarició una guirnalda de flores silvestres, su fragancia dulce y embriagadora en el aire quieto. — Un torbellino en el subcrecimiento hizo que la columna vertebral de Elara se estrellara. Los bosques, desconocidos y vivos, la pisaron. Pero esta noche, la disquicia surgió con una extraña emoción. No fueron sólo los ojos invisibles de las criaturas, sino la energía maliciosa que se agrietó en el aire. — De repente, un parpadeo de luz, más brillante que los rayos de la luna, le llamó la atención. Una criatura minúscula y alada, no mayor que su pulgar, emergió de detrás de una raíz torcida. Su cuerpo brillaba con una capa iridiscente, sus alas de cotilleador capturando la luz de la luna como vidrios manchados, pero bordeadas con una luminiscencia que venía de adentro. Era un espíritu, y alrededor de su delicada forma, empezaron a aparecer más. — A diferencia de los graciosos espíritus de sus historias de infancia, estas criaturas eran una mezcla fascinante de belleza y algo así... más. Sus ojos, grandes y luminosos, tenían una sabiduría antigua, y sus risas, aunque melódicas, tenían un borde agudo. Uno, adornado con una corona de gotas de lluvia, cayó en el dedo de Elara, con su voz un timbre que vibraba con magia invisible. — "¿Perdido, pequeño?", preguntó, su diversión teñida de un trapo malicioso. — Elara, sin palabras, sólo podía mirar. Esto no era un sueño, lo sabía. El frío del aire nocturno, el arañazo agudo de una ramita contra su dedo; eran demasiado reales. Pero el luminoso resplandor de los sprites, su risa de otro mundo; eran fantásticos. El miedo, frío y agudo, se le escapó. —"Un juego para la Reina", zumbó otro icono, su voz más profunda, más amenazante. — Un miedo frío se apoderó del corazón de Elara. La Reina de la Fae, un ser caprichoso y peligroso de leyendas susurradas, no era con la que repudiar. De la misma manera que los duendes se cerraron, un nuevo sonido perforó la quietud -una risa en auge que sacudió las hojas. — Desde las sombras se paró una figura de belleza impresionante. Alta y cubierta a la luz de la luna, llevaba una sonrisa maliciosa y una corona de ramas torcidas. Fue el Rey de la Fae, su presencia tanto cautivadora como inquietante. — "Espera, mis maliciosos súbditos", boomeó, su voz repitiendo en el bosque silencioso. "Esta pequeña no es nuestra para el tormento". — La Reina, una figura impresionante con ojos como piscinas forestales y pelo hilado a la luz de la luna, se materializó a su lado. Su mirada, aunque fresca, tenía un toque de diversión. — "¿Y qué diversión ves en un mortal, mi Rey?", preguntó, su voz como el rollizo de hojas en una brisa de verano. — El Rey se rió. "Un peón, tal vez, en nuestro juego. Un recordatorio del frágil equilibrio entre nuestro mundo y el suyo". — Con un gesto de muñeca, el Rey arrojó un polvo brillante sobre Elara. El mundo brilló, el bosque familiar se disolvió en un caleidoscopio de colores. Cuando la luz disminuyó, Elara ya no se encontraba en los bosques oscuros, sino en un claro soleado. Un grupo de jóvenes aldeanos, vestidos para un festival, se pararon ante ella. — "¿Elara?", un joven gateó, con su voz llena de anhelo. — Elara, confundida y desconcertada, se vio arrastrada a un torbellino de identidades equivocadas y afectos inapropiados. La magia de la Fae, potente e impredecible, había tejido su vestido dorado y su propia presencia en el tejido mismo de su juerga de verano. — Edward Robert Hughes (1851-1917) fue un artista británico conocido por sus suaves acuarelas y retratos. Aunque inicialmente fue un éxito en la pintura para la clase alta, su verdadera pasión reside en fantásticas escenas. "Medianoche de verano" (1908) es una de sus obras más famosas. Influenciado por el movimiento pre-Raphaelite y el "Sueño de una noche de verano" de Shakespeare, el cuadro representa a una joven en un bosque iluminado por la luna, inconscientemente rodeada de hadas. La escena luminiscente, bañada en azul fresco y luz de la luna, es una exploración cautivadora de la belleza, el mundo natural y la magia maliciosa que no se ve.
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Reseñas de clientes
4.1 de 5 estrellas14 Reviews totales
14 opiniones
Reseñas de productos similares
5 de 5 estrellas
Por Pilar A.13 de octubre de 2016 • Compra verificada
Reseña del creador
Para acompañar a mis regalos, me gusta añadir una tarjeta postal con una dedicatoria personal, siempre me lo agradecen!!! Colores muy bonitos, mejor que en la presentación online. me encanta!!!
5 de 5 estrellas
Por Cristina S.8 de abril de 2021 • Compra verificada
Reseña del creador
el prodocto esta muy bien, me gusta mucho, gracias. la impresion me parece muy buena
5 de 5 estrellas
Por Belen M.15 de septiembre de 2021 • Compra verificada
Programa de reseñadores de Zazzle
es estupendo soys superr. es increible de magnifico
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Información adicional
Número del producto: 256801133810357785
Creado el: 18/8/2024 22:50
Clasificación: G
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