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Los elementos piel de vaca, cuero, y piel de este diseño son sólo simulados por el creador. Estos elementos no serán usados para imprimir el producto ni como acabado final.
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por cojín redondo
 

Cojín Redondo Una nueva postura de los hombres fuertes: la const

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Sobre Cojines redondos

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Tamaño: Cojín redondo (40,64 cm)

¡Los cojines de Zazzle ahora vienen en más tamaños y formas diferentes! Déjalo bien claro sin decir ni una sola palabra con un cojín de adorno completamente personalizable. Este cojín súper suave es fabricado con tela de gran calidad, haciendo que tus diseños personalizados,tus iniciales y tus fotos queden genial. ¡El complemento ideal para tu salón, tu habitación o cualquier rincón de tu casa!

  • Dimensiones: 40,6 cm de diámetro (plano) y 35,6 cm (relleno).
  • Cremallera oculta; relleno sintético incluido.
  • Fabricado en EE. UU.
Consejo de diseño: para garantizar la mejor calidad de impresión, ten en cuenta que el área personalizable de este producto mide 40,6 cm x 40,6 cm. Para obtener los mejores resultados, añade 1,9 cm de sangría.

Tejido: Poliéster peinado

  • 100% tejido de poliéster que no se arruga.
  • Los colores vibrantes sacarán mayor partido a tus diseños.
  • La textura, muy parecida a la mezcla de algodón, hace que la tela sea suave al tacto.
  • La tela de alta resistencia a la tensión aporta una mayor durabilidad.
  • Los rellenos son hipoalergénicos y están rellenos de fibra de poliéster imitación de plumón.
  • Lavable a máquina, mantiene el color y no se arruga fácilmente.

Sobre este diseño

Los elementos piel de vaca, cuero, y piel de este diseño son sólo simulados por el creador. Estos elementos no serán usados para imprimir el producto ni como acabado final.
Cojín Redondo Una nueva postura de los hombres fuertes: la const

Cojín Redondo Una nueva postura de los hombres fuertes: la const

El aire antiguo de la sala de música colgaba fuerte, denso con el aroma del sudor y la anticipación. Mis músculos, afinados a la perfección a través de años de entrenamiento implacable, sintieron un thrum familiar bajo mi piel. Sin embargo, una inquietud me hizo sonar. Eugen Sandow, el mismo nombre que mandaba escalofríos por las espinas y avivaba las sorpresas, estaba empezando a sentirse... obsoleto. Las multitudes, alguna vez embelesadas por mis muestras de poder crudo, parecían una sombra menos entusiasta. — Dudas de si mismas, una serpiente que pensé que había vencido por mucho tiempo, enrollada alrededor de mi corazón. Yo, el "Sandow el Magnífico", hombre más fuerte del mundo, me estaba volviendo predecible. Dejado, me metí en un banco de roscas, mi mirada caía en una estatuilla de Hermes, el dios mensajero, capturada a la mitad de la raya. Su forma, perfecta armonía de fuerza y gracia, desató un pensamiento. Las multitudes anhelaban no sólo poder bruta, sino un toque de lo divino, lo inalcanzable. Pero, ¿cómo traducir eso en una pose que hablaba de poder y... de encanto? — Horas desangradas en la noche mientras la frustración aumentaba. Las poses clásicas, las dobles biceps esculpidas, el esparadrapo lateral de espuma de pecho y la sensación de cansancio. Luego, con un gemido que resonó en el salón cavernoso, la inspiración alcanzó. Me adelanté, el brazo izquierdo girando detrás de mi espalda, los poderosos músculos de mi latissimus dorsi agarrándome en protesta. Mi brazo derecho se disparó, el poderoso deltoide tensándose mientras mi puño me granjeaba la frente. La pose tenía una tensión que reflejaba la inquietud que se agitaba dentro de mí, sin embargo... se sentía diferente. Poderoso, sí, pero también extrañamente evocador. — Una sonrisa lenta se extendió por mi cara. Esto no era solamente fuerza en exhibición; era una historia; un rey guerrero, tal vez, despojando su pecho en un gesto de dominio, el taparrabo de la huella de leopardo; una concesión a los gustos extravagantes de los tiempos; insinuando un poder primario, una sensualidad que no se hablaba pero vibraba en el aire. — La noche siguiente, cuando el foco me golpeó, la música se hinchó, y la electricidad se estrelló en el aire, golpeé la pose. El silencio que siguió fue ensordecedor, entonces, una ola de sorpresa, un murmullo que se convirtió en un rugido. Las mujeres, sus rostros aplastados con una curiosa mezcla de asombro y otra cosa, gritaron su aprobación. Los hombres, sus ojos persistieron en la manera en que el tejido tensado en mis muslos, golpearon sus puños contra los barandillas. "¡Sandow!", se rumoreaban, repitiendo el cántico por el vestíbulo. — "El Victorioso", llamaron a la nueva pose. Ya no se trataba sólo de fuerza cruda; era una actuación, una imagen cuidadosamente elaborada que jugaba a un deseo recién encontrado en la audiencia. Las multitudes enloquecieron, su adulación se renovó. Eugen Sandow, el hombre fuerte, se había convertido en un ícono, una figura que difuminó las líneas entre el poder y la belleza. Y todo empezó con una estatuilla polvorienta, un parpadeo de dudas y un toque de... showmanship. A partir de esa noche, cada nueva pose fue un desafío, una búsqueda para traspasar los límites, para mantener viva la magia de la "Arena". — Esta imagen de 1902 es de origen australiano y ahora es de dominio público porque su plazo de derechos de autor ha expirado.
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Información adicional

Número del producto: 256797902755312793
Creado el: 27/5/2024 6:50
Clasificación: G