Camiseta El santo velo de Turín

"Se podría decir que la mortaja es el ícono de este misterio, el ícono del Sábado Santo. De hecho, es una sinuosa hoja que fue envuelta alrededor del cuerpo de un hombre crucificado, que corresponde en todo sentido a lo que los Evangelios nos dicen de Jesús que, crucificado alrededor del mediodía, murió a eso de las tres de la tarde. Al anochecer, ya que era Parasceve, es decir, la víspera del Sábado Santo, José de Arimathea, un rico y autorizado miembro del Sanedrín, pidió valientemente a Poncio Pilato permiso para enterrar a Jesús en su nueva tumba, que había enterrado en la roca no lejos de Golgota. Habiendo obtenido permiso, compró una tela de lino, y después de que Jesús fue sacado de la cruz, lo envolvió en esa mortaja y lo enterró en aquella tumba.